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CALVERITAS LITERARIAS

DIEGO RIVERA

​

—¡Diego, Diego!, gritaba la calaca.

Desesperada por los pasillos del panteón.

—¿En dónde estás sapo panzón?

Seguía ella gritando, por cada rincón.

 

Frida y Guadalupe por celos lo escondieron,

Pues la calaca, tilica y flaca,

Solo quería un mural en su mansión.

—¡Diego, Diego!, gritaba la calaca.

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VINCENT

VAN GOGH

​

Bajo una noche estrellada,

Vincent van Gogh muy tranquilamente,

El paisaje contemplaba,

Cuando notó que alguien silenciosamente se acercaba.

 

Era la muerte que con su presencia,

a van Gogh lo dejó sin complacencia.

Me gusta como pintas y conmigo te voy a llevar,

para que mis sueños también puedas pintar,

con tono tan particular le tuvo que confesar.

 

Muy audaz van Gogh a la huesuda oferta le hizo,

te retrataré si un poco más de tiempo vivir me das permiso.

La huesuda burlonamente aceptó y le dijo:

pero a la próxima no te daré ningún aviso.

 

Muy relajada la calavera para el posó,

Y con un cigarrillo van Gogh la retrató.

El tiempo muy rápido pasó,

Y la huesuda muy pronto por el volvió.

 

Ya que van Gogh con su vida muy trágicamente acabó,

La muerte muy contenta se lo llevó,

Aunque sin una oreja van Gogh en el otro mundo,

con su arte la dejó perpleja.

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SALVADOR DALÍ

​

Estaba Salvador Dalí pintando un retrato

Cuando miró algo que le provocó gran impacto

Era la Catrina observando sus movimientos

Tímida caminaba y se acercaba lento

 

Dalí no sentía miedo se encontraba conmovido

Se preguntaba de dónde había salido

Tenía bellas flores portaba un largo vestido

Parecía una doncella algo jamás conocido

 

Le preguntó por lo que era y de él lo que buscaba

Ella sonreía y más a él se acercaba

El pensó que estaba dormido o talvez soñaba

Y se pellizcó muy fuerte a ver si despertaba

 

Gritó para saber si alguien cerca se encontraba

La Catrina le preguntó si acaso ella le asustaba

El le contestó que no, pero su belleza le asombraba

Ella con gusto se acercó más a mirar lo que el pintaba

 

¡Qué bello¡, exclamó parece el lugar del que vengo

Ahí también es así, pues no corre el tiempo

Hay animales extraños, que te quitarían el aliento

Me gustaría me acompañaras ahí tan solo un momento

 

Respiró profundamente y sonrío parecía contento

Pero casi al llegar sintió en su cuerpo raros movimientos

De pronto despertó se dio cuenta que era día de los muertos

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FRIDA KAHLO

 

La muerte caminaba lenta y muy pensativa

Pensaba, a quien al panteón se llevaría,

Y a lo lejos ve a Frida Kahlo que pintaba muy altiva,

Y Frida pálida  dijo: —yo sabía que este día llegaría.

 

—¡Por favor!, dijo Frida, no me lleves todavía,

Tengo muchos cuadros y oleos que pintar,

Y además sin mí, mi Diego sufriría,

Y en una tumba fría yo no quiero estar.

 

La muerte dijo: —de todos modos te voy a llevar,

Lleva tus lienzos y mucha pintura,

Para que a pintar me puedas enseñar,

Y sea una calaca con cultura.

 

La calaca a la cejuda se llevó,

Al llegar al inframundo Frida tuvo suerte,

Porque al poco tiempo su amado Diego llegó,

Fueron felices en la vida y ahora lo serán en la muerte.

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LEONARDO

DA VINCI

​

La catrina buscaba y buscaba,

Era difícil saber en dónde estaba,

Pues estaba en Francia,

Así que decidió tomar un mapa.

 

Cuando llegó al Castillo de Clos-Lucé,

Por fin dio con él,

Esa alma estaba observando,

Las ideas en papel que había plasmado.

 

La huesuda gritó: ¡Leonardo da Vinci!,

He venido por fin,

No vengo en busca de “La Mona Lisa”,

Vengo en busca de tu ánima.

 

Leonardo estaba sorprendido,

Sobre todo, confundido,

Era un gran choque cultural,

Además de un diferente hablar.

 

Entontes la catrina utilizó el traductor,

Para poder hablar entre los dos,

Cuando se lograron entender,

Habían pasado 3 horas, ya era muy tarde.

 

La catrina lo invitó a comer,

Un delicioso pozole,

¡Sin carne, por favor!,

Leonardo respondió de manera cortés.

 

Un largo camino tuvieron que recorrer,

Da Vinci iba a conocer un gran continente,

De Francia a México debían de llegar,

Para el día de muertos poder festejar.

 

Catrinas y catrines por doquier,

Flores de cempaxúchitl también,

Millones de ofrendas en las casas,

En las calles figuras y pinturas.

 

Todo era nuevo para él,

Muchos colores había alrededor,

No había palabras que lo pudieran expresar,

Por lo emocionado que estaba al conocer ese lugar.

 

Finalmente llegaron a la fiesta,

Y vió a varias personas reunidas,

Van Gogh, Diego Velázquez, Picasso,

Botticelli, Caravaggio y Tiziano…

 

Habían más,

Pero no los llegó a recordar,

Pues lo que no sabía él,

Que la fiesta era para pintores.

 

Leonardo era el anfitrión,

Porque el público lo decidió,

Era el más admirado,

Por ser un poco de todo.

 

Finalmente, todos festejaron,

Hasta que llegó el amanecer,

Todos fueron regresando a sus tumbas,

Agradecido Leonardo,

Le prometió a la huesuda volver el siguiente año.

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